Del 2 al 15 de octubre en el Palacio de Exposiciones de Madrid
Perecoll, la pintura contenida en el negro de la intensidad de la trascendencia
Perecoll, artista catalán, trabaja en negro sobre negro, acrílico y óleo, buscando las fluctuaciones del color en el marasmo del negro intenso. Negro sobre negro durante treinta años de negro.
Escultor, joyero y pintor, su intensidad del negro viaja a través de los prolegómenos de la luz. Negro sobre negro en la dinámica del negro, contenida en la idiosincrasia de lo evanescente.
El negro como materia, que es energía, que transforma formas, mares, océanos, gotas de agua acumuladas, conjuntos de gotas que son sutiles, que se embarcan en pronunciamientos del negro. Todo es negro, porque en el negro está la luz.
El mar, conjunto de mares, conjunción de océanos, de multitud de gotas que indagan, ascienden y descienden, buscan la paradigmaticidad de lo evidente.
El mar es abierto, extraño, contiene el enigma en el brillo del reflejo, poesía integra, que surge del corazón, que atraviesa los viejos paradigmas.
Somos negro sobre negro, allí donde están las redes, donde se encuentran las tensiones del mundo actual, que inciden en el discurrir natural del mar.
Mar y redes, libertad y tensión, ambiguo discurrir del pensamiento humano que descansa en la marasmidad de lo evanescente sugerente. Porque en lo sugerente se halla la belleza de las cosas, que nunca termina, que expande su conciencia universal.
En la exposición del Palacio de Congresos Perecoll presenta negro sobre negro, mar, Mar Mediterráneo, océano de pasiones, libertad sublimada; mientras las redes capturan y encierran, son las tensiones que nos introducen en el laberinto del sufrimiento del que hay que salir triunfantes.
Mar, negro sobre negro y soledad.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
