Expone en Galería José de
Ibarra de Barcelona en diciembre 2006 y enero 2007
Robert Carbonell, materia y color
en un contexto informal
Robert Carbonell navega
plásticamente en la materia, porque la considera la base, punto de partida de la
incidencia de la energía.
La materia es la parte visible de la existencia, dado que podemos cuantificarla,
medirla, concretarla, en el sentido de ser en sí misma. Pero su propuesta
informal le permite ser poético en el trato y científico en su incidencia
dinámica. De ahí que sea la suya una obra densa, pero, a la vez, suelta, libre,
al margen de ataduras, porque cuando quiere apoyarse en la expresividad, emplea
el color como elemento del discurso informal ocupando posiciones destacadas.
Postura que se repite a lo largo de su producción, pero, en otras obras, rebaja
la importancia de la acción de la materia apoyada en el color e incorpora
elementos, fragmentos de otros elementos que son los que contrastan. La razón de
esta forma de proceder está basada en su necesidad de superar las limitaciones
habituales de sus propias características plásticas. Es decir que la materia es
limitada, porque tiene un comienzo y un final, por lo menos en apariencia.
La verdad de todo el asunto descansa en que la proyección que el creador catalán
realiza de la materia es debido a que sabe que es energía concentrada,
transmutación permanente, resultado de una posición basada en la propia
idiosincrasia de la densidad que la configura.
Es un artista que prefiere investigar en la experimentación de las propias
características que nutren a la materia, decantándose por la evidencia de su
proyección más allá de los límites habituales. Y ello es así porque sabe
perfectamente que la materia es ilimitada en el ámbito científico, dado que no
es estática. En el fondo no tiene un principio y un final, y de ahí que ponga
tanto interés en los signos, huellas, percepciones visuales contenidas entre los
pigmentos, el color y los fragmentos compositivos contrastados con incidencias y
relieves de mayor o menor grosor.
Sigue diversas vías de investigación: vía matérica para acometer el estudio del
enigma que la trasciende; vía informal, para basarse en la fuerza de la no
forma, entendiendo el mundo a partir de estados del espíritu y, en tercer lugar,
se muestra interesado en una conjunción de las dos anteriores, que le conduce
directamente a la ejemplificación del espacio como terreno de cultivo de la
evidencia del más allá de lo que pretende descubrir.
La materia no es limitada, porque es energía, siempre en transformación,
conceptualizada por el sentimiento, nutrida de una actitud anímica que varía
según el momento, influenciada, por un espíritu abierto, alegre, y a la vez
melancólico del autor, como resultado de la conjunción del yin y el yang.
Robert Carbonell (www.abstracte.com) emplea la materia, como punto de partida de
la energía, de la acción energética que transforma lo concreto en una conjunción
de vibraciones; mientras que se nutre del color porque representa el estadio
espiritual del momento: es decir la agrupación de los diferentes estadios que
suponen otro mundo dentro de este pero que, sin embargo, conviven sin demasiados
contratiempos con lo evidente, pero no real, aunque sí formal pero no existente.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte