Expone en Galería José de
Ibarra de Barcelona hasta finales de enero del 2007
Robert Carbonell, la informalidad
y la percepción del color en un contexto interior
Participa en la exposición
organizada por la Galería José de Ibarra de Barcelona con producción pictórica
basada en el discurso de la no forma, en la abstracción fundada en la fortaleza
del color, en la intensidad de la determinación del mismo en convertirse en
expresión de su propia idiosincrasia.
Su método de trabajo es directo, pero, a la vez, elaborado, buscando, en primer
lugar, asentar la poética de la materia, en el sentido de considerarla el
resultado de una conjunción de ideas, supeditadas a estados de ánimo, pero,
también a sistemas de creencias, aunque posicionadas dentro de un sentido lúdico
de la existencia.
Bucea en el paradigma del misterio en el que se asienta la materia. Es decir que
navega en las intersecciones de la materia, entendida como vibración elemental
básica, en la que hay transformación, porque está sujeta a la acción de la
energía.
En su creación informal, capta el instante de la transformación, pero, también,
es capaz de dedicarse a exhibir las huellas de los diferentes estados de ánimo,
que son los que, en realidad, modelan el discurso.
Es un creador informal que percibe el empleo del color como fundamental
constituyente del alma de la materia en un contexto interior.
Su aproximación matérica no busca asentar la estética de los elementos, sino que
se fundamenta en una actitud interior. Actitud que se encuadra a partir de la
propia consideración de su trascendencia como tal.
La materia es materia, porque está sujeta a cambios constantes, es decir que es
un agente activo, dado que no es considerada un planteamiento existencial
estático. Porque la dinámica de su esencia es estar sujeta a variación. De ahí
que su informalidad predomine en un contexto en el que hay percepciones de
diversos signos, derivadas de una conciencia sutil, basada en el romanticismo
del autor que se supera a sí mismo, en el aspecto de ser consecuencia de un
resultado filosófico. Romanticismo filosófico, nutrido de elaboración sutil
procedente de la conciencia interior.
Se adentra en los prolegómenos del color, acentuando determinadas zonas de la
composición, descubriendo ambientes, impulsando actitudes, fomentando el cambio
continuo, porque el color es onda vibracional, dado que corresponde a
determinados estados de ánimo.
Tanto el color como los elementos materiales empleados son materia, asimismo
también la propia superficie densa pictórica, la conjunción de signos,
caligrafías insinuadas, los tonos y matices cromáticos sutiles y la propia
catarsis del elemento referencial predominante.
Robert Carbonell (www.abstracte.com), considera que la vitalidad de la
conciencia reside en el cambio constante, basado en la superación de un único
sistema de realidad. De ahí que promulgue realidades diferentes, que se
relacionan en el laberinto de elementos de la tela, aquel que está dotado de la
capacidad del misterio, pero que también muestra las posibilidades de ir más
allá del enigma.
Lo misterioso de su creación, es que parte de un estadio poético, para avanzar a
través del mundo de los sentimientos puros, para adentrarse en la fragilidad del
hilo de Ariadna, que surge de las limitaciones de la propia configuración
plástica. Es decir que lo limitado le permite ir más allá de la experimentación
abstracta, porque sabiendo los confines podemos superarlos.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte