Francisco Arroyo Ceballos, la materia como obsesión
La materia como gran obsesión predomina en el discurso pictórico y artístico de Francisco Arroyo. Se trata de la aportación de la materia como elemento iconográfico en sí mismo. La forma de elaborarla, como y de qué manera se interesa por su trascendencia, para determinar quienes somos y a donde vamos.
La materia es el símbolo de la especie humana. Está en los monolitos, en los edificios, templos, cuevas, hasta incluso en el propio cuerpo humano... de ahí que Francisco construya conformaciones estructuradas que nos recuerdan monumentos específicos. También la materia es lo evidente, la ausencia de complejidades, porque su forma tiene unas características que la describen. Es un buscador de lo concreto, en el sentido de emplear en pintura el grosor de la textura, la fuerza de los pigmentos, la expresividad austera de los tonos empleados, para hallar la coherencia que identifique la posibilidad de alcanzar la trascendencia. Lo que está arriba está abajo y lo de abajo puede estar arriba, aunque hay una voluntad más fuerte que rige la formulación de lo real.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte