Francisca Blázquez: Estructuras silenciosas
Analizar la prolífica obra de Francisca Blázquez es un reto, no sólo perceptivo sino intelectual, por las múltiples ideas que propone con su arte dimensional, ecléctico y, a la vez, posmoderno.
Me gustaría recorrer una a una, en la galería del tiempo, sus producciones, sus avances, sus retrocesos, su clasicismo simétrico y concentrado, sus audacias, sus rupturas. Pero sobre todo esa conjunción de luces, sombras y colores. Una especie de laberinto ilusorio, vacío iluminado o misticismo a contracorriente.
Francisca Blázquez, logra en sus composiciones simétricas o asimétricas una gran belleza formal. Tiene una técnica impecable, hasta podríamos decir rigurosa y planificada. Su color, con el predominio de los complementarios o melódicos, nos transporta hacia la pureza de la música o a la soledad cósmica.
Construcciones, proyecciones, volúmenes, reminiscencias de juegos de papiroflexia, son efectos técnicos que nos remiten a su aprendizaje y a su gran conocimiento del contemporáneo y cada vez más flexible arte digital.
Su arte, aunque tiene relaciones con la abstracción geométrica, el Op Art o inclusive lo mínimo, nos lleva a otras dimensiones gracias al prodigio de las armonías logradas, como si sus obras pretendiéndolo o no fuesen altares en los cuales pudiésemos descansar, orar, reflexionar o huir de la violencia de nuestro tiempo
Adolfo Asmat Chirinos-Zavala
Artista plástico y promotor de arte
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