Exhibe 16 obras pictóricas
dentro del concepto del Dimensionalismo en el Museo Casa de la Moneda, en el
marco del VIII Congreso Nacional del Color del 11 al 21 de septiembre de 2007.
Francisca Blázquez,
Luz, iluminación, Dimensionalismo y cosmovisión
Francisca Blázquez exhibe 16 obras, de gran elaboración e
intenso cromatismo singular, realizadas en acrílico sobre tela, de la serie
Dimensionalismo en el Museo Casa de la Moneda, del 11 al 21 de septiembre de
2007, en el contexto del VIII congreso Nacional del Color, organizado por la
Sociedad Española de Óptica. Dicha sociedad se creó en el año 1968, con el
objetivo de estimular el desarrollo de la óptica y, en concreto, fomentar, la
investigación y las aplicaciones industriales de sus diferentes ramas.
La autora madrileña trabaja dentro del contexto del color y la forma, buscando
mundos imposibles, otros inventados, la mayoría imaginados, pero, también,
representa, de forma alegórica, realidades que van más allá de las galaxias y
los agujeros negros, que son las percepciones espirituales, la existencia de
seres angélicos, la evidencia del ser, del alma y el espíritu. De ahí que su
obra, marcadamente escultórica, de formas arquitectónicas futuristas, de
espacios absolutamente increíbles viaje a la velocidad de la luz, mostrando la
fuerza del color, la belleza del tono, la espectacularidad óptica de unas
composiciones que van más allá de la forma.
Elucubra con arquitecturas matemáticas, donde el color es fundamental, hasta el
punto que define el sentido último de sus composiciones. El color es un estado
de ánimo, vibración que nos conduce, según el tono, a universos distintos. El
color como terapia, el color como vibración energética de recuperación, también
como sistema de relajación, estímulo, curación, progresión, conexión,
canalización, introspección, diálogo, meditación, sanación o creación.
DESPEGUE LUMÍNICO
(FRANCISCA BLÁZQUEZ)
El violeta es el símbolo espiritual, la confianza angélica, la templaza y la
bondad. Violeta que nos introduce en dimensiones marcadas por la vibración
mística, la fuerza espiritual, la presencia álmica, la existencia de seres
angelicales que nos guían en la tierra y en otros planetas también con vida.
El amarillo se traduce, a través de su tonalidad intensa, en energía, la fuerza
del rayo cósmico, la evidencia de la transformación sugerente y sensual.
El azul es el espacio, la dinámica estructural cósmica, la interactuación
galáctica, el insondable vacío que es el lleno.
El rojo significa intensidad, vida, biología, sangre,
transmutación y cambio, pero, asimismo, se reivindica.
La función del blanco es señalarnos la corona de los santos y ángeles, la fuerza
de la determinación espiritual. El blanco, también es empleado, en algunas de
sus obras, como pureza, equilibrio y armonía sutil envolvente. No hay evidencia
más grande que la que se basa en la constatación del equilibrio tanto exterior
como interior. Y el blanco nos introduce en esta armonía sutil, aunque también,
utilizado en composiciones de tonos oscuros, sirve de elemento puntual de
contraste.
El naranja es el color situado entre el amarillo y el rojo, es decir entre la
luz espiritual y la biología, el que marca el estadio de transición.
Hay otros colores, cada uno de ellos cumple su función, informando al espectador
del mundo alegórico simbólico de la creadora del Dimensionalismo. Un mundo lleno
de luz, iluminación, dimensiones y cosmovisión. Parte del universo, de la suma
de galaxias, para ir más allá de la materia, a través de dimensiones distintas,
para centrarnos en lo importante de la existencia: el ser, es decir aquello que
es referente pero no se ve, aunque determinante.
EL RESPLANDOR
(FRANCISCA BLÁZQUEZ)
El marco elegido para tan cromática exposición es el Museo Casa de la Moneda,
considerado uno de los museos más importantes del mundo en su especialidad. La
exhuberancia de sus colecciones, sus grandes instalaciones y el desarrollo
científico a nivel de investigación y cultura, hacen del Museo un lugar ideal
desde el que conocer el universo del dinero. Dicha institución instante al
público a visitar la historia del dinero desde sus orígenes, a través de las
distintas formas de producción.
Además de visitar la exposición de Francisca Blázquez, si están interesados en
la historia del dinero, podrán contemplar numerosas y significativas colecciones
de numismática, filatelia y prefilatelia, billetes, otros medios de pago,
lotería y juegos, todo ello completado por biblioteca histórica, colección
artística, maquinaria y útiles empleados por la Fábrica Nacional de Moneda y
Timbre-Real Casa de la Moneda.
El embrión del actual museo surge en el siglo XVIII, cuando Tomás Francisco
Prieto, grabador general de las Casas de Moneda del Rey Carlos III, fue director
de grabado en hueco de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y
fundador, en 1771, de una escuela de grabado, en la que se formaban los artistas
que luego ejercerían su oficio en las Casas de Moneda de España e Indias.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte